Reducción de pecho

La reducción de pecho o mamoplastia de reducción es una técnica quirúrgica encaminada a la disminución y armonización del tamaño de las mamas grandes o desproporcionadas.

Un exceso de volumen en los senos se debe al desarrollo excesivo de la glándula mamaria y del tejido adiposo (grasa) de su interior y puede darse tanto en mujeres obesas como en mujeres delgadas. En muchas ocasiones el excesivo volumen del pecho puede producir en la mujer dolores de espalda y de cuello, irritación de la piel debajo de la mama y problemas respiratorios. En estos casos, la reducción de pecho mejora considerablemente la calidad de vida de las pacientes.

 
 
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Indicación

La mamoplastia de reducción está especialmente indicada en aquellas mujeres que, como consecuencia del tamaño de su pecho, ven afectada su calidad de vida, ya que padecen problemas estéticos y funcionales, como dolor de cuello y espalda, irritación de la piel, problemas respiratorios y dificultad para vestir.


Primera Consulta

En la primera consulta valoraremos cada caso de forma personalizada siendo muy importante que la paciente comente sus preferencias y exponga sus expectativas. Tras una breve historia clínica, procedemos a la exploración física en la que evaluamos la caída de la mama y el exceso glandular a resecar. Finalizamos la consulta explicando las posibilidades quirúrgicas que se adaptan a las necesidades de cada paciente. Es habitual que después de esta primera consulta surjan dudas que podremos solucionar en otra cita antes de la intervención quirúrgica si fuera necesario.

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Operación

La intervención se realiza en un quirófano bajo anestesia general, es decir la paciente permanece dormida y monitorizada durante toda la operación. Existen distintos técnicas para realizar el tratamiento de reducción de pecho, pero la más frecuente deja una pequeña cicatriz ubicada alrededor de la areola y desde la areola hasta el surco (con forma de T invertida). Al terminar la cirugía, la paciente saldrá del quirófano con un vendaje en el pecho. 

La intervención tiene una duración aproximada de 2-3 horas y en todo momento sus familiares están totalmente informados.


Postoperatorio

Tras la intervención de reducción de pecho la paciente saldrá del quirófano con un vendaje. Es normal tener molestias en la zona intervenida que se controlan bien con analgésicos por vía oral tras el alta hospitalaria. Es recomendable el ingreso durante unas horas dándose el alta normalmente al día siguiente de la intervención.

La paciente podrá recuperar sus actividad normal en dos a cuatro días. No obstante, le recomendamos que limite su actividad física al principio, evitando ejercicios pesados o movimientos bruscos durante al menos tres semanas. La paciente debe llevar un sujetador anatómico especial también en las tres primeras semanas. Una vez transcurrido este plazo, la inflamación se habrá reducido casi completamente y comenzaremos a ver el pecho más natural. 

Las cicatrices pueden ser algo más visibles y tener un aspecto sonrosado durante los primeros meses. No obstante, al final del primer año comienzan a tener un color más pálido haciéndose, a menudo, prácticamente inapreciables.